sábado, 13 de febrero de 2010

Venía con el estigma de que sería una clase rutinaria.

Pensar en Liderazgo y toma de decisiones me evocaba los libros odiados de la preparatoria. Imaginaba a una persona con la sonrisa falsa y el típico traje y corbata. Como si fuese una iniciación a un multinivel.

Esperaba cuatro sesiones hundidas en las computadoras, ensimismados en la rutina del ver y escribir, ver y escribir. Algunos profesores creen que el aprendizaje se basa en la sola lectura de datos fríos e incoherentes, pero pocos le prestan atención a la retroalimentación, a la experimentación, a la verdadera vocación de enseñar. ¿¡Qué pasó con la epistemología, la metodología, la parte científica y constructivista!?. Aún hay quienes no superan el conductismo, hoy, en estos tiempos de globalización y la dichosa Sociedad del Conocimiento, hay quienes aún se concentran el la pedagogía individualista y monárquica.

¿Que vi? Lo que vi, no importaba tanto sino lo que se logró. Por primera vez prescindí de la mini laptop y desconecté los chips hacia una nueva forma de enseñanza-aprendizaje. Vi cómo se estructuraba una buena clase, con base en el sólo diálogo, por primera vez entendí todos esos rollos del aprendizaje cooperativo y recuerdo perfecto: Las discusiones en círculos, las lecciones en la cafetería, la crítica, la autocrítica, la importancia de la palabra, la integración y el olvido del cañón. Recuerdo los tacos de adobada, las pláticas de liderazgo, la libertad de aprendern y aprehender, la liberación de los muros de contención que poco ayudan, pero sí oprimen.

Ahora que me acuerdo, por fin entendí lo que verdaderamente es un buen líder en contra de los pseudo líderes actuales. Entendí la imporrtancia del humanismo y el crecimiento en conjunto como función elemental en una organización; que el aprendizaje es ilimitado y la soberbia no cabe en él. Aprendí que un buen líder no se impone sino que impone gracias a su iniciativa de romper paradigmas y revolucionar siempre pensando en el sistema grupal. Conocí las palabra ideales, pensamiento sistémico, cooperación y desarrollo personal. Comprendí lo que debo hacer frente al aula como líder pedagógico y no sólo como un docente, evadiendo la responsabilidad de confrontar a las estructuras institucionales.

¿Qué esperabas? ¿Qué encuentras? ¿Qué te llevas? Sin duda esperaba lo típico, encontré lo atípico y lo convertiré en un arquetipo.

Hoy elimino el concepto paradigmático de la materia: Liderazgo y toma de decisiones y por primera vez desperté ante una metodología diferente, humana, sensible y empática que produce lo que hoy decimos que se llama: aprendizaje significativo.

Hoy me llevo una piedra, un conocimiento, un amigo-maestro y una responsabilidad. Pues quien descubre algo nuevo, tiene la responsabilidad de compartirlo.

Gracias por la luz hacia una nueva construcción pedagógica.
A mi maestro: Esteban Quiroz y sus conceptos sobre Liderazgo

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