lunes, 1 de febrero de 2010

Nosotros los jóvenes

Después de las presentaciones habituales que se hacen en honor a la causa, la primera impresión de una persona con otra; el saludo, ¿y usted qué hace? ¿A qué se dedica? Sí, conozco a tal persona. Nunca había pensado en tono de análisis que tener "amigos en común" no nada más sirve en el facebook, son realmente un rompehielos en las primeras charlas. Pero lo que más me interesa es la facilidad con que se desenvuelve una tertulia que termina en las intimidades de la cotidianeidad. Los hijos, la familia, los quehaceres, que finalmente desencadenará un buen lazo que en pocos meses pueden ayudar a un: ¡Claro que me acuerdo de ti! Nos vimos en ....
Pero dejando de lado lo anterior hubo una frase que no sé si llegó a gustarme o simplemente la evadí: Los niños no aprenden sin los padres. Estos, son por hecho, responsables de lo que deben aprender. Los niños de hoy en día se revelan, se imponen, critican. Yo crecí en una generación donde la tecnología era como comer pelar naranjas, sí, pero también supe lo que era una buena caida en bicicleta, un buen baño en tierra, un labio roto o un cuento de terror debajo de la cobijita con la lámpara encedida. No es que esté en desacuerdo, definitivamente no, pero los niños de hoy pertenecen a un movimiento libertador de todo tipo: expresión, de la mujer en la casa y el trabajo, de un descubrimiento más individualizado y no en un concepto de abandono como se supone, es el valor de la independencia... finalmente todos caminamos solos.
Es que nosotros los jóvenes somos insensibles a la crianza, nosotros los jóvenes no fuimos como los abuelos, bisabuelos, tatarabuelos... ¡Es cierto!, nunca tuvimos una educación conductista, ni siquiera histórico-social. la generación ochentera ha crecido con los paradigmas congnositivos, rascando el constructivismo en la carrera, las figuras son distintas, los hábitos y las mañas también, pero como mujer crecí dejando los platos a un lado, agarrando la mochila, la cámara de 4 kilos y el VTR de que pesaba lo que mi hija de 2 años. Nunca fui tratada como mujer, como mujer de los 50´ sino como una "morra workaholic" y crezco estudiando y fortaleciéndome en sueños y proyectos y pensando en un día ver a mis hijos como persona entera.
No es que esté en desacuerdo, ni es que parezca egoísta... es la necesidad de SER, porque finalmente los hijos se van y uno se queda en el lavatrastes... con la esponja en la mano.

1 comentario:

  1. Aveces sólo vemos lo que nuestros ojos persiven, no lo que nuestro corazón siente...
    ya mas adentrado y en palabras mas coloquiales, la sociedad si evoluciona pero no paulativamente, si no demanera lenta y se ha necesitado de sacrificios, de entrega y de lucha para romper esos matices, lucha que pocos hombres y mujereces, se atreven, por que conformarnos con lo que los demas quieren de nosotros si podemos alcanzar lo que esperamos de nosotros mismos.

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