El sonido suele ser escandaloso, las llantas rechinaban, el motor se contraía, como tratando de expulsar del vientre a la misma muerte y cada segundo se volvía eterno, y cada ruido se intensificaba y ensordecía y cada ves más venía hacia mí, hacia mi cuerpo, mis ojos, en ese momento yo sólo dormí los párpados, mi mente en blanco, esperaba recepción de huesos rotos, de fluidez de sangre, de ceguera, de desmayo, y la inmortalidad se redujo a un pequeño golpe, el golpe que me dejaría moribunda, sin brillo, sin nombre.
Varios amigos me dijeron hoy, te acaban de chocar y sales sonriendo. Cómo no, hoy tuve una segunda oportunidad, que me llevaran presa, que me costara el choque, la puerta, el especualista en trauma muscular, el seguro vencido, nada, nada, nada... el resurgimiento de la vida se ve tan intenso que es inevitable el brillo dental...
Crucé un hilo delgado, muy frágil, pero sin duda hay algo que debo hacer... fue lo único que entendí.
Crucé un hilo delgado, muy frágil, pero sin duda hay algo que debo hacer... fue lo único que entendí.
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