sábado, 22 de mayo de 2010

Un poco harta

Vuelvo a abrir la llave del agua y nada. Tres días seguidos y aún no hay porvenir. Una tubería rota, bandalismo, un recibo mal pagado. El primer día quizá pase desapercibido, todo está en orden, no hay caos, ni acumulación de cosas materiales ni existenciales; el segundo día los platos comienzan a acumularse, la ropa, el baño comienza a secarse y salen las costritas del sarro que apenas se perciben en el suelo de azulejo, pero invariablemente aún todo es normal. Hoy es el tercer día, los platos pa' la chingada, cinco garrafones de agua, un bote en el baño pa' lo que se le imagine, vasos y platos desechables, comienza la ansiedad y las preguntas de niño asustado: ¿Será cierto que en Europa no hay agua y la gente no puede bañarse oiga? El cabello pica y no hay más que dos opciones: o te bañas a jicarasos o te tapas y te escondes como detective de los 40's, te avientas un litro de perfume, aceite para el cabello, agua de tocador, agua de colonia, desodorante en las axilas, en.. la cara y en.... la cara... entonces te seduce la brillante idea de que no tarda en llegar, ya viene, vieneee vieneee. Y es que abres la maldita llave y nada o esperas el típico sonidito de cuando alguien baja la palanca del baño y se escucha el magnífico llenadito, litro, tras litro, centímetro cúbico por centímetro cúbico, porque sabe que a estas alturas todo es magnificado, así como cuando se espera un amor y todo se vuelve eterno, ansioso o por el contrario indescriptible. Sí, es cierto hoy definitivamente empieza el caos y el renacimiento hacia un nuevo modus vivendi, que tardará quizá unas cuántas horas más, o días o meses o años o... pero por lo pronto dejaré de quejarme, y comenzaré por calentar el agua, porque ha de saber que uno de mis vicios es el vapor.

Anywayz el hombre siempre se adapta, ¿acaso no es lo que nos diferencia de los animales?

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