Encendí la vela que estaba frente a la mesita de centro, a punto de comenzar el concierto en el Nopal, quizá 4 años ó 5 o más, ni recuerdo.
No conocía a Rafa Mendoza, un tipo sensasional, humano, un cantautor como pocos; de sentimientos encontrados, latentes, blues catártico, de ritmos inesperados y fue que sentada escuché esta rola y más de una mujer se la apropio cual medallita de orgullo, y sin pensar, sin preveer, todas comenzamos a tatarer: Estoy entera, soy mi luna, soy mi estrella....entéramente para mí... y bien que tenía razón el Rafa.
Lo recuerdo porque para mí fue impresionante, y sin duda, yo también digo: Es mi rolita y la esperanza eterna de algún día también tararearla frente al imponente y mágico escenario del Nopal.
Hoy está dentro de mis músicos, mis colecciones, mis dolores. Parte de mi caminata.
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